"¿Y AHORA REGLAMENTARÁN LA NECROFILIA Y LA
ZOOFILIA?" ÉDGAR ESPÍNDOLA, SENADOR COLOMBIANO.
Con esta interrogación
reacciono el segundo vicepresidente del Congreso de Colombia a la decisión de
la Comisión Primera del Senado de aprobar el matrimonio entre parejas del mismo
sexo.
El senador Édgar Espíndola (PIN), exalcalde de la ciudad de
Sogamoso y de abierta confesión cristiana evangélica, fijó su posición
contraria al matrimonio igualitario y lo hizo de una forma muy particular.
Dijo en polémica
declaración que la decisión de la Comisión Primera del Senado, de reglamentar
el matrimonio entre parejas del mismo sexo, es similar a reglamentar
"otros gustos sexuales", entre ellos la necrofilia, la zoofilia y la
pedofilia.
"Hoy en el mundo hay muchos países donde la zoofilia
prácticamente es un gusto sexual de algunos, o la necrofilia, o la pedofilia.
En virtud del modernismo utilizado por otras naciones nosotros no podemos
copiar esos modelos y llegar un día aquí a Colombia con ese tipo de
proyectos", dijo Espíndola, quien es segundo vicepresidente del
Senado.
El senador del PIN
se manifestó en plena comisión primera donde argumentó que modificar el código
civil para cambiar la definición de "matrimonio y de familia" es
"abiertamente inconstitucional".
"La gente
puede hacer con su cuerpo lo que quiera, pero llegar a constitucionalizar el
gusto sexual de una minoría hay una distancia muy grande", argumentó.
El matrimonio
igualitario fue aprobado en primer debate gracias al voto positivo de 10
senadores, uno de ellos fue Hemel Hurtado, miembro del mismo partido político
de Édgar Espíndola.
Editor: @yeilertapias
Dijo en polémica declaración que la decisión de la Comisión Primera del Senado, de reglamentar el matrimonio entre parejas del mismo sexo, es similar a reglamentar "otros gustos sexuales", entre ellos la necrofilia, la zoofilia y la pedofilia.
El senador del PIN se manifestó en plena comisión primera donde argumentó que modificar el código civil para cambiar la definición de "matrimonio y de familia" es "abiertamente inconstitucional".
"La gente puede hacer con su cuerpo lo que quiera, pero llegar a constitucionalizar el gusto sexual de una minoría hay una distancia muy grande", argumentó.
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